En el segundo semestre de este año el Servicio de Evaluación Ambiental de la Araucanía podría tomar una decisión sobre un proyecto que pretende instalar en Lautaro un sistema para incinerar desechos. La empresa a cargo consigna que se trata de una iniciativa con toda la tecnología para responder a estándares europeos y que ha sido mejorada durante el proceso de evaluación, sin embargo, el alcalde de aquella comuna considera que no es compatible con el ordenamiento territorial. En el ministerio de Energía no descartan el WTE como una alternativa para generar energía limpia, mientras que consultoras especialistas en la materia valoran que se abra un debate que permita llegar a un sistema integrado de manejo de residuos en el país.

 

Afines de este mes se cumplirán 4 años desde que fue ingresado al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de La Araucanía el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto “Planta WTE Araucanía”. Esta iniciativa busca establecer en la ciudad de Lautaro una planta para incinerar los residuos sólidos domiciliarios -principalmente de Temuco- que no puedan ser reciclados, reducidos o reutilizados -la llamada “fracción resto”-, y a partir de ese proceso generar energía. Esta forma de procesar los residuos al tiempo que se genera electricidad y calor, habitualmente para sistemas de calefacción, es conocida a nivel mundial como Waste to Energy (WTE), algo así como de Basura a Energía.

En todo este periodo, la empresa que presenta el proyecto -WTE Araucanía SpA- ha debido realizar múltiples modificaciones, como respuesta a las observaciones, preguntas y consultas que fueron ingresadas al Sistema de Evaluación Ambiental, muchas de las cuales representan los cuestionamientos de organizaciones ambientalistas, así como de una parte importante de la comunidad y autoridades de la ciudad de Lautaro. De ese modo, WTE Araucanía SpA ha presentado dos Adendas (anexo con respuestas) ante el SEIA; la primera en agosto de 2019 y la segunda a mediados de mayo pasado.

Si bien este proyecto ingresó a evaluación ambiental luego de adjudicarse una licitación de la Municipalidad de Temuco para la “Concesión del Servicio de Disposición de Residuos Sólidos Municipales”, en abril de 2020 el municipio rescindió unilateralmente el contrato argumentando incumplimientos y el caso se judicializó, situación en la que se encuentra actualmente pero no afecta el proceso ante el SEA.

Así, independiente de lo anterior, el proyecto WTE Araucanía -que contempla una inversión de 80 millones de dólares- sigue en evaluación ambiental y su gerente, Marc Thiele, señala que “es esperable que podamos llegar a la Resolución de Calificación Ambiental durante el segundo semestre de este año”, debido a que al proceso “le quedan aún 45 días hábiles de evaluación (a partir de la entrega de la segunda adenda)”.

Thiele explica que en este segundo apéndice “no se introdujeron modificaciones sustanciales al proyecto y su proceso”. Al ser consultado por las observaciones atendidas en esta Adenda, procede a enumerarlas: determinar una composición representativa de los residuos sólidos domiciliarios y asimilables a tratar en la planta WTE y su posible variación en el futuro; determinar el contenido de cloro de los residuos a tratar en la planta WTE; ahondar en la evaluación de las emisiones de olor y en la evaluación de potenciales impactos acumulativos y sinérgicos por emisiones atmosféricas, olores, ruido y tráfico de camiones; mejorar la solución de acceso hacia el proyecto para evitar impactos viales asociados al tránsito de camiones recolectores de residuos.

El cambio más profundo fue presentado en agosto de 2019, en la primera Adenda. Se trató de importantes modificaciones asociadas al modo de procesar los residuos, “en relación con la migración de un proceso basado en un pretratamiento por higienización y posterior gasificación-combustión en lecho fluidizado a un proceso basado en una combustión completa en un horno de parrilla (la tecnología más utilizada a nivel mundial para el tratamiento térmico y la valorización energética de residuos sólidos)”. En esa oportunidad, dice Thiele, también se elevó el estándar ambiental a cumplir de las emisiones atmosféricas, al comprometer el cumplimiento de la normativa europea aplicable a las emisiones de plantas WTE.

“El 80% de las más de 1.600 plantas WTE en el mundo utilizan la combustión en parrilla debido a que es una tecnología madura, robusta y flexible que permite el tratamiento seguro de los residuos sólidos municipales, entre otros, que suelen ser altamente heterogéneos”.

Marc Thiele, gerente de proyecto de WTE Araucanía.
 Maqueta de la planta WTE Araucanía

Maqueta de la planta WTE Araucanía

Lautaro no lo quiere

A pesar de todas estas modificaciones y respuestas a las observaciones, desde la Municipalidad de Lautaro han mantenido un férreo rechazo a la instalación de la planta en su territorio.

El recién reelecto alcalde, Raúl Schifferli, no deja lugar a dudas respecto a su posición y expone las razones por las cuales se opone: “primero, que se ubica en una zona urbana de la comuna según el plano regulador vigente (ZONA ZE-3) en la cual está prohibida, según el artículo 20 del reglamento, la instalación de plantas y botaderos de basuras; segundo, es un proyecto que se modificó completamente en su Adenda número 1, situación que deja entrever que lo ofrecido inicialmente no cumplía con ser un proyecto serio y probado a nivel internacional; y tercero, es un proyecto ubicado en una zona de La Araucanía con alta presencia de comunidades indígenas aledañas al proyecto y que a pesar de solicitar por parte del municipio y las comunidades un proceso de consulta indígena, este no se realizó, considerando la envergadura y características de este proyecto”.

El alcalde Schifferli considera que la planta podría ser perjudicial para la comunidad de Lautaro, porque “su cercanía con el núcleo poblacional de la comuna a menos de un kilómetro hace que este proyecto -y lo dice el mismo proyecto-, supere las normativas de ruidos y de contaminación atmosférica. Más aun, considerando los posibles efectos en los habitantes de la comuna que tendrían a largo plazo las dioxinas y furanos que resultan del proceso de incineración de los residuos”.

Desde WTE Araucanía señalan que los sistemas de limpieza de gases y control de emisiones constituyen una parte fundamental de las plantas Waste-to-Energy y permiten “cumplir con los límites normativos más exigentes del mundo (…) sin que las emisiones generadas constituyan un riesgo para el medioambiente o para la salud de las personas”, y agregan que la instalación pensada para Lautaro “cumplirá con los exigentes estándares europeos aplicables a las emisiones atmosféricas de estas plantas”.

Thiele comenta que el sistema de parrilla que contempla el proyecto con la primera modificación, “es la tecnología de combustión predominante en el mundo para el tratamiento térmico y la valorización energética de residuos sólidos. El 80% de las más de 1.600 plantas WTE en el mundo utilizan la combustión en parrilla debido a que es una tecnología madura, robusta y flexible que permite el tratamiento seguro de los residuos sólidos municipales, entre otros, que suelen ser altamente heterogéneos”.

“Es un proyecto ubicado en una zona de La Araucanía con alta presencia de comunidades indígenas aledañas al proyecto y que a pesar de solicitar por parte del municipio y las comunidades un proceso de consulta indígena, este no se realizó, considerando la envergadura y características de este proyecto”.

Raúl Schifferli, alcalde de Lautaro.

Sistema integrado

Según explican desde la Consultora Equilibrio Triangular, especialista en gestión ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), las inquietudes que menciona el alcalde Schifferli son precisamente las que deben ser atendidas por los titulares de un proyecto de estas características, particularmente la socialización de la propuesta.

“Durante el proceso de evaluación ambiental se consideran todos los elementos del medio ambiente susceptibles de verse afectados por el proyecto, por ello la importancia de utilizar las tecnologías que minimicen los potenciales impactos identificados, tales como emisiones atmosféricas, acústicas y, en especial, se debe sociabilizar y mantener un estrecho vínculo con la comunidad, para informarles oportunamente, vencer los temores y demostrar las ventajas sociales que puede tener un proceso WTE, que aún es desconocido en nuestro país”, señala Ximena Bravo Cavicchioli, socia directora de Equilibrio Triangular.

La experta menciona que a nivel mundial existen muchos ejemplos de uso de esta técnica para tratar residuos domiciliarios de la fracción no recuperable. “La experiencia internacional en WTE es amplia y nos llevan más de 20 años de delantera en los modelos implementados, tanto en los países de la Unión Europea, como en Estados Unidos y Japón”.

La clave del éxito en aquellos casos -dice Bravo- es que han desarrollado un sistema integral de recolección de residuos, mediante los cuales menos del 5% de los residuos van a parar finalmente a rellenos sanitarios, utilizando menos superficie en ellos y alargando su vida útil.

Un claro ejemplo de sistema integrado es la Directiva Marco sobre Residuos de la Unión Europea, que establece un orden de prioridades: primero la prevención de la generación de residuos en la fuente, luego la reutilización y reciclaje, y finalmente la incineración con aprovechamiento energético (WTE), lo que se aplica cuando no existe alternativa.

Respecto al problema de dioxinas y metales pesados, la socia de Equilibrio Triangular explica que en Europa, Estados Unidos y Japón los han resuelto mediante la utilización de nuevas tecnologías que mejoran constantemente.

“Hoy existen plantas que se diseñan a medida de la composición de las mezclas de residuos domiciliarios (orgánicos, humedad, tipos inorgánicos, contaminantes, mezclas), tienen tecnología de punta para separar por diversos procesos los materiales que fueron mezclados en origen por el consumidor final, aplican esterilización de residuos y otros subprocesos para lograr cumplir con una certificación de su proceso de WTE, basado en la normativa europea, por lo que se convierte en una gran alternativa de valoración, en lugar de eliminar residuos recuperables hacia rellenos sanitarios”, explica Bravo. Estos rellenos, agrega, conllevan problemas ampliamente conocidos, el nivel de acumulación en superficies destinadas a este proceso, contaminación atmosférica por olores, contaminación de aguas subterráneas, riesgo de salud para las personas, riesgo de incendios, atracción de vectores, etc.

El modelo europeo, insiste la consultora, es un buen ejemplo de una solución integral. Y si bien en Europa existen más de 400 incineradoras con procesos WTE (según cifras de 2014), “la incineración de este tipo desempeña solo un papel secundario, ya que  los principales métodos de tratamiento de residuos sólidos domiciliarios utilizados en los 27 Estados miembros de la Unión Europea para tratar los aproximadamente 2.600 millones de toneladas de residuos generados anualmente es la eliminación definitiva (48 %), el reciclaje (36 %), 10 % para el relleno, e incineración WTE es solo de un 5 %”.

Bravo comenta que algunas experiencias exitosas son las de Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Austria, Alemania y Finlandia, que han resuelto distintas externalidades y problemáticas y han incorporado el WTE a su matriz de energías limpias.

“Durante el proceso de evaluación ambiental se consideran todos los elementos del medio ambiente susceptibles de verse afectados por el proyecto, por ello la importancia de utilizar las tecnologías que minimicen los potenciales impactos identificados, tales como emisiones atmosféricas, acústicas y, en especial, se debe sociabilizar y mantener un estrecho vínculo con la comunidad, para informarles oportunamente, vencer los temores y demostrar las ventajas sociales que puede tener un proceso WTE, que aún es desconocido en nuestro país”.

Ximena Bravo Cavicchioli, socia directora de Equilibrio Triangular.

Alternativa energética

En este sentido, WTE Araucanía presenta el proyecto como “la primera planta de tratamiento térmico y valorización energética de residuos sólidos domiciliarios en Chile” y ha señalado que “la instalación de la planta permitiría generar energía eléctrica y térmica con 200 mil toneladas anuales de residuos domiciliarios, que hace varios años están siendo transportados en camiones hasta la región del Biobío y depositados en rellenos sanitarios”.

Desde el Ministerio de Energía, el jefe de la división de Energías Sostenibles, Gabriel Prudencio, comenta que “efectivamente la tecnología de Waste to Energy, permite generar energía tanto eléctrica como de calor. Es una tecnología probada, usada ampliamente en algunos países y puede tener altos estándares de diseño que permiten que pueda ser compatible con el medio ambiente”. Eso sí, agrega, es importante entender que este tipo de proyectos generalmente están concebidos como una alternativa a la gestión de residuos domiciliarios, más que netamente como una fuente de generación energética.

Prudencio explica que el Ministerio de Energía cuenta con un diagnóstico y evaluación de la viabilidad técnica, económica y ambiental para implementar proyectos de transformación termoquímica de residuos sólidos domiciliarios (RSD), el que “indica que hay tecnologías probadas y comercialmente disponibles, que presentan elevados estándares ambientales”. Sin embargo, “los costos de inversión, operación y mantenimiento lo hacen competitivo a alternativas como disponer residuos en rellenos sanitarios, pero solamente en algunas circunstancias, en plantas de gran volumen y de precios de venta de energía superiores a los que vemos, son capaces de entregar otras alternativas renovables”.

Respecto a la forma de llevar la energía generada en una central de WTE a los hogares -aclara el jefe de la división de Energías Sostenibles- sería a través de sistemas de calefacción distrital. “Estos sistemas efectivamente podrían reemplazar los actuales sistemas de calefacción ineficientes y contaminantes en las ciudades, mejorando de esta manera la calidad del aire”, dice Prudencio y agrega que “en Chile, estamos apuntando a desarrollar la energía distrital (calefacción y/o enfriamiento distrital) para alcanzar sus beneficios”, a partir de diversas tecnologías, que bien puede ser WTE como bombas de calor geotérmicas, equipos de cogeneración, energía solar y otros combustibles.

Al alcalde de Lautaro esta opción tampoco le parece viable. “Creo que utilizar residuos domiciliarios como fuente de energía, en esta región en especial, con un alto porcentaje de residuos orgánicos (60%) y con alta humedad, no son la mejor opción considerando que esa fracción de los residuos puede ser reutilizada mediante compostaje o vermicompostaje, para mejorar los degradados suelos de La Araucanía”, sostiene Schifferli.

La socia de Equilibrio Triangular explica que la propuesta alcaldicia no es excluyente, sino que debieran ser complementarias, debido a que el WTE está pensado para la fracción resto, que no se puede valorizar de otra forma. “Se debe compatibilizar el WTE como un paso secundario, que se aplica una vez que finaliza el paso previo y primario de la recolección selectiva de residuos sólidos domiciliarios. Para esto deben colocarse los incentivos adecuados, por una parte, y por otra los desincentivos a la no recuperación, dentro de un marco legal adecuado para favorecer primero su recolección, segregación, reciclaje y reutilización”.

Más allá de la decisión que tome el SEA sobre WTE Araucanía y del futuro de este proyecto, la especialista considera que es bueno que se abra el debate de las ventajas y desventajas, tanto del WTE como de otras alternativas que están en práctica hace años en otros países, y aprender de esas experiencias para mejorar el modelo chileno. “Eso nos dará altura de miras para bordar nuestros problemas ambientales y hacernos cargo de ellos. Debemos entender que la matriz de soluciones es múltiple y hay que incorporarlas al debate”, concluye la consultora Ximena Bravo.

 

 

“(El WTE) Es una tecnología probada, usada ampliamente en algunos países y puede tener altos estándares de diseño que permiten que pueda ser compatible con el medio ambiente (…) Este tipo de proyectos generalmente están concebidos como una alternativa a la gestión de residuos domiciliarios, más que netamente como una fuente de generación energética”.

Gabriel Prudencio, el jefe de la división de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía.